26 junio, 2007

De las cenizas

La belleza del mundo que sueño hace que mi cabeza se comprima y sea como un agujero negro en medio del alma. Me desespero buscando vestigios de un pasado lejano, cuando los hombres y las criaturas sentían igual, cuando en los corazones el hielo se rompía con abrazos y los dedos entrelazados de los amantes apaciguaban las ansias de lucha.
Se enmarañan las sensaciones en mi cuerpo, me eriza la piel todo recuerdo de tiempos pasados; quisiera gritar alto, pero mi alarido es sólo silencio, como los cantos de mi alma, tan silentes como la muerte, tan fríos como el camino al averno, tan quietos como el corazón muerto del mundo al que me enfrento.
Raptada de una tierra de verdes pastos y frescas sombras me siento, y olvido, cual Perséfone en la eterna sombra, todo lo que una vez tocaron mis manos y descubrieron mis ojos.
Mis recuerdos exhalan un último suspiro mientras las alas rotas de mis brazos flaquean sin poder remontar una última corriente. El viento azuza mi cuerpo y siento como mi alma agoniza y cae al vacio como un niño desligado de la falda de su madre.
Sucumbo al poder de unos dioses a los que hace años habría hecho frente, hacia los que habría dirigido la lanza de mis entrañas sin haber temido por el destierro; pero mis manos están cansadas, y la guadaña de la muerte en mi interior ensombrece lo que años atrás fue valor. Me postro a los pies de esos dioses, miserables y bastardos que vejan mi espíritu y lo escupen sin pudor, y miran desde sus tronos altivos como lloran sangre las puntas de mis dedos, como la vida se desliza por mi cuerpo y fluye hacia la nada. Y en verdad es su regocijo el que me da aliento eterno y sed de una venganza que me quema en el vientre, pero el Tiempo sacude de su cabeza los últimos granos de arena y entonces muero.
Muero. Como cada vez que me veías y no me mirabas, como cuando tus dedos no rozaban mi cuerpo, como cada vez que me ganaba la ira y destrozaba tu vida para luego suicidar la mía.

Y ahora recuerdo y me pierdo en los bosques y los verdes prados que ondean al sol de un otoño eterno, y me quieren tus manos, me busca tu boca, tus ojos profundos me sostienen y vuelvo a tener alas, que crecen enormes de los jirones de mi alma.
Y ahora estoy viva y te siento en la cálida luz del día, entre los colores de ocaso distingo tus ojos y cada vez que le viento susurra es tu voz la que me invita a volar en su etéreo cuerpo.
Renazco entre retales de recuerdos, bendecida por tus ojos y emergiendo de las cenizas.

20 junio, 2007

Dama de mis desvelos

Hace tres dias estuve tomando café con Clara.Es muy especial, le encanta ver como me vuelvo loca cuando me habla de sus "realizaciones" sexuales; alguna que otra vez hemos tenido las nuestras.
La gente pregunta si somos gemelas, debe ser que tras toda la vida juntas hasta nuestos cuerpos se han tomado de reflejo el uno del otro.

Sobre todo me encantan sus labios (todos), tan suaves, tan intenso su sabor... me gustan sus manos y esas piernas que parecen no querer terminar nunca. Sus ojos son de los que te persiguen en sueños aunque sólo los hayas visto una vez, y hacen que tu pulso se acelere y tus ojos queden en blanco.Fuimos compañeras de juegos desde niñas, jugamos a besarnos, a comernos, jugamos a dejarnos, a la reconciliacion, a mil juegos.
Siempre nos gustó el teatro, y tambien para nuestros juegos sexuales creábamos escenarios que estimularían la sensibilidad de cualquiera.
Nos perdimos la pista, pues sus padres marcharon por trabajo, y hace ahora cuatro años de nuestro reencuentro.

Pero los dioses son sabios, y la encontré de nuevo en el club de siempre, mientras yo estaba en la barra tomando un Bourbon. Mis ojos se encontraron con los suyos y no hicieron falta palabras. Sus labios tocaron los mios, el saludo de entonces seguía siendo el único saludo posible; nos fundimos en un abrazo, como los de siempre, los que nunca olvidé pero de los que ya no me acordaba.
Se sentó frente a mí y me falto tiempo para colocar mis piernas sobre las suyas, como entonces, como siempre.
Las dos sonreímos.
Terminamos mi bourbon y jugamos un billar. Siempre la gustó ver como se entreabría mi boca al mirar como se colocaba sobre la mesa de juego y lanzar.
Dejamos la partida a medias, salimos fuera, nos comimos a besos como dos adolescentes, frenéticamente, como siempre, y caminamos hasta su apartamento.
Todo parecía un sueño.
Abrió la puerta y al tiempo dibujó mi contorno con su dedo a través de mi pantalón de cuero, me hacía sudar. Quitó mi camiseta, me tiró en la cama, sujetó mis manos con esas esposas de plata, se desnudó lentamente mientras mis ojos lascivos la miraban. Su cuerpo perfecto relucia a media luz.

Mis manos la querían, mi cuerpo ardía por ella y ella lo sabía. Me dejó rozar su cuello con mis labios, me dejó acariciar sus pechos con la cara. Quiso que la devorara y la devoré entera, sus brazos, el hueco de sus codos, sus caderas. Se posó en mi boca vaciando en ella todo su olor. Descansó en mis caderas y creí morir con el tacto de su sexo en el mío.
Así debe ser el placer de los dioses, pero en mis sueños ese placer es mío y de Clara, oscura como la noche y brillante como el día.


18 junio, 2007

Insomnio

Hace varios dias que me cuesta conciliar el sueño.
No se si el andar indagando en algunos blogs que encontré o me presentaron tendrá que ver con este estado sexual constantemente activo de mi cabeza. Siempre tuve una imaginación especial para estos temas, pero de ahí a que mis deseos controlaran totalmente mis sueños y mis desvelos...
Mi líbido anda disparada, y en la antesala de mis sueños, me sorprendo recreando fantasías que se agitan en mi vientre, que laten en mis oidos y pasan ante mis ojos tan reales que a veces me asustan.
Mis ensoñaciones me vapulean entre manos lascivas y ojos brillantes de deseo, y puedo sentir el tacto de pieles invisibles que se mezclan con mi piel, que hacen que mi sexo se inunde y mis labios se sequen. Y pierdo el sentido, y ya no se si sueño o vivo despierta...
Siento labios ardientes que bajan la curva de mi cadera y ahondan en mi ingle, que me hacen gemir; manos fuertes sujetan mi cuello firmes y tiernas, un dedo pasa mis dientes, juega con mi lengua.
Una boca se queda en mis pechos, me araña la piel con sus perlas; otra boca desciende mi ombligo y ahonda en mi sexo; lengua experta, parece que fuera la mía, pues conoce cada punto donde toco el cielo. Me pierdo mientras siento un escalofrío; el olor a sexo embriaga la estancia, y mi razón viaja en sentido contrarío a ese olor.
Me abandono, me penetran profundamente en mil posturas y me dejo llevar por la locura que me ha poseído. Un pene acaricia mi boca entreabierta, lo rodea mi lengua, lo golpean mis dientes, profundiza en mis labios. Me rindo a los placeres que me brinda el sexo oral. Me riega, inunda mi boca.
Estallo de placer y vuelvo en mí, a mi cama, a mi vida. El sudor perla mi piel desnuda, el cristalino flujo de mi sexo es el vestigio de lo ocurrido, pero estoy sola. Tanto poder dan los sueños.., porque todo ha sido un sueño...
Es de día, el sol se filtra por el ventanal y me ciega, y borra los recuerdos para permitirme entrar en un nuevo y monótono día...porque todo ha sido un sueño.

15 junio, 2007

Obscuridad Extrema

Es curioso como a veces la realidad se distorsiona ante nuestros ojos, y lo que era pura luz se torna en obscuridad extrema.

No espero del dia gran cosa, pero a la noche le pido que al menos que me siga dando la Transformacion con la que me ha premiado. Bien es sabido que la Obscura extiende su manto y su potente influjo salpica a cada persona, pero en ocasiones la influencia es tan grande, que la persona cambia y se transforma.

No creo en los cuentos de hadas ni en el poder de las brujas de hoy en dia, pues tengo claro que el poder está en la mente del que sabe utilizarlo.

No creo en la vida despues de la muerte, que locura!!Que mal rollo,no?

No creo en dios, no en ese Dios del que tanto se habla ni al que tantos defienden.

No creo en el infierno, mas bien siempre he creido que el infierno es un estado de ánimo.

Creo en los sueños, con los pies en la tierra, creo en los sueños.Sueño millones de sueños que me poseen,que me transportan, que me hacen sudar, gemir y llorar, que hacen que me sobresalte y no pueda volver a dormir, porque en el sobresalto encontré unos ojos oscuros como la noche que alimentan mi deseo de estar en vela y con los que me quedo a conversar en silencio, con la musica del viento y el llanto de las aves nocturnas, rodeada de una obscuridad extrema.

Bienvenid@s a mis sueños, quizá también sean los vuestros...